La última semana fue una secuencia de despedidas, bendiciones y recomendaciones... pero, finalmente, empaqué la mochila y para aquellos que se preguntan ¿cómo se empaca la vida en un morral?...pues fácil: 1 jean, 2 pantalones cargo, 2 shorts, 3 vestidos, 5 camisetas, unas chanclas, tenis, ropa termica, vestido de baño, tarritos para todo lo de aseo, pijama, sleeping y listo. Parece poco pero creo que la maletica pesa alrededor de 9 kilos...mmm mala cosa, pero bueno, en el camino dejaré cosas.
Viajé a Cali (con un poco de susto por iniciar la aventura...pero ya se me quitó, y la emoción por conocer es más)... a la casa de mi mamá a "bajarle la ansiedad" (creo que hice un buen trabajo...además de la promesa de escribir en facebook en donde estoy y para donde voy), pero para la tranquilidad de todos... son más las mujeres que viajamos solas que los hombres... lo vengo comprobando desde Pasto, donde estuve 2 dias y pasé delicioso.
Para quienes no conocen "Couchsurfing" se los recomiendo. Es una comunidad de viajeros. Yo la descubrí hace un año y desde entonces he estado en contacto. En Pasto, escribí a esa comunidad y conocí unas personas muy bacanas que me mostraron su ciudad... mucho mejor que cualquier guia turistica que se pueda conseguir. Pasto, es una ciudad muchisimo más grande de lo que imaginé y muy limpias sus calles. Absolutamente recomendada "La Laguna de la Cocha" y la minicaminata por "La Isla de la Corota" que es el parque nacional natural más pequeño de Colombia al cual se llega en una lancha. En ésta isla hay un sendero ecológico que parece sacado de un cuento de hadas (por su exhuberante vegetación), al final del cual hay un mirador de donde se ve la laguna (que es natural...no como el Lago Calima cerca a Cali o Guatapé cerca a Medellín) y se puede respirar un aire muy puro y frio. Todo este trayecto lo hice en compañía de dos suecas y una paisa. Al regresar a "tierra firme", almorzamos (en un restaurante tipo chalet, donde la decoración te hace pensar que estas por fuera de Colombia) el plato típico de la región...trucha, deliciosa, y luego, de regreso a Pasto, no sin antes decirle al taxista que se detuviera en la carretera para observar la inmensidad de la laguna y tomar la respectiva foto.
En Pasto, a parte del frio y demás de un digno representante de los chistes que se hace sobre los pastusos...hay muchos sitios para tomar café, si van, no se pueden perder "Uma Café" (por unicentro) ni el Café de la Catedral (este último delicioso el ambiente y la comida). Sin lugar a dudas lo mejor de Pasto: el helado de paila, no tiene nada que se le parezca, colocan una columna y encima de ella una base de cemento en la cual hay un tendido de hielo. Sobre el hielo va la paila donde colocan el "zumo de la fruta elegida" y hacen girar la paila hasta que el zumo se congela...voilá: helado en segundos.
De Pasto, fui a Ipiales en un bus que tardó 2 horas, y de ahi, tomé un taxi colectivo al Santuario de las Lajas (donde me tocó presenciar un matrimonio)...creo que es la iglesia mas impresionante que he visto y al final de la misa las personas hacen bendecir todo: desde escapularios, velas, agua... hasta chaquetas, zapatos y cristos de tamaños descomunales. El santuario se levanta en el cañon de un rio y para su construcción no se hizo ningún estudio de suelos ni nada por el estilo (eso dicen). Para llegar a él se debe bajar por un sendero enmarcado por miles de placas conmemorativas y de agradecimiento a la Virgen de las Lajas por los milagros recibidos. Al terminar el recorrido, regresé a Ipiales y me dirigía a cruzar la frontera Colombo-Ecuatoriana.
Esta frontera la pasé sin dificultades...solo es cuestión de mostrar cédula, pasaporte, certificado de fiebre amarilla y pasado judicial apostillado. Lo bueno: migración de Colombia es rapidísimo y hasta bonita. Lo malo: migración de Ecuador. Solo antendían dos funcionarios, uno de los cuales lo hacía mientras hablaba por msn. Una vez llegas a Ecuador todo es más barato a pesar de ser en dólares.
Hasta ahora, una experiencia sin comparación...
