domingo, 27 de marzo de 2011

Machu Picchu


No soy fanática de los sitios turísticos, sin embargo, Machu Picchu ha estado en mi lista de "lugares por conocer" desde hace muchos años, así que fue absolutamente descrestante poder estar ahí, caminar entre los cientos de muros y terrazas, sentarme a escribir, observar el paisaje, respirar y sentirme en la cima del mundo a pesar de no estar en una montaña muy alta (2.453msnm).  

Para subir a Machu Picchu primero hay que llegar al pueblo de Aguas Calientes que esta en la base de la montaña.  Para llegar a Aguas Calientes hay tres formas: en tren, por el camino del Inca o por la ruta de contrabando.  Mi idea inicial era hacer la ruta de contrabando (tomar varios transportes entre pueblos cercanos, luego caminar tres horas por las vias del tren y finalmente, caminar dos horas a Machu Picchu), pero fue imposible por que las carreteras estaban cerradas debido a derrumbes.  Hacer el camino del Inca no era una opción para mi, pues no estaba preparada ni mental ni fisicamente para una caminata de 4 días con pasos de hasta 4.500msnm (en el futuro espero hacer este trayecto), así que tomé el tren (mi primer viaje en este medio de transporte, yupi!!) el cual es un atraco a mano armada (el pasaje más barato para extranjeros es 70 dólares ida y regreso) y los ingresos no van para las personas de la zona, ni siquiera para los peruanos, sino para los chilenos quienes son los dueños del tren (y de otras cosillas del Perú, razón por la cual no se llevan muy bien).

Sin importar cual de las tres rutas elijas en Aguas Calientes se debe comprar un tiquete de entrada a Machu Picchu que vale 126 soles ($87.000). En resumen, después de 2 horas en comby para llegar a Ollantaytambo, más de una hora de tren hasta Aguas Calientes y 30 minutos de bus... llegué a Machu Picchu y tomé mi mapa del lugar para conocer primero las rutas alternativas, es decir, aquellas que la gente casi no visita porque toman mucho tiempo.  Caminé por uno de los caminos del Inca tres horas aproximadamente y conocí "el puente del Inca", el Intipunku o"puerta del sol", la montaña Machu Picchu, un sector de piedras gigantes que parece no tener ningún nombre asignado y la base de Waynapicchu (montaña cercana que siempre esta como fondo en las fotografías).  Digo la base pues no pude subir porque ya se habían apuntado las 400 personas que pueden ingresar cada día, así que éste sector lo conoceré cuando merezca observar el amanecer desde ahí después de haber subido por el camino del Inca. 

Al finalizar las rutas alternativas y con el fin de no gastar más dinero dediqué el resto del día a la "piratería de tours", es decir, caminaba sin rumbo fijo y en cada lugar esperaba a que llegara algún tour (en inglés o español que son la mayoría), escuchaba la explicación y luego seguía hacia otro sitio.  Al principio estaba soleado el día así que habían docenas de guías turísticos con sus respectivos grupos, pero luego, empezó a llover y la gente desapareció por lo que pude disfrutar de Machu Picchu casi desolado, en silencio, con neblina baja que daba la sensación de que la ciudad estuviera suspendida en las nubes, y además, pude observar cómo funciona el sistema de drenaje del lugar al cual se le atribuye que la ciudad perdure en el tiempo. 

La misma lluvia, hizo que por unos minutos me resguardara cerca del Intiwatana (observatorio astronómico) y ahí tuve la suerte de conversar con una de las personas encargadas de la conservación y restauración de este Patrimonio de la Humanidad así que tuve información privilegiada y pude resolver varias de las inquietudes que tenía sobre esta Nueva Maravilla del Mundo (declarada como tal en el 2007). 

Solo puedo decir que no tengo palabras para hacerle justicia a la belleza e imponencia de Machu Picchu, "montaña vieja" si se traduce al español o "la ciudad perdida de los Incas" como la llamó Hiram Bingham cuando la descubrió en 1911.  Ninguna fotografía puede captar el encanto de su paisaje ni la energía presente, así que a quienes no conocen...les recomiendo que empiecen a hacer planes para ir antes de que la cantidad abrumadora de visitantes termine destruyéndolo; ese día espero que a ustedes también les llueva para que puedan disfrutar de ese Machu Picchu que ninguna agencia de viajes ofrece y que pocos se animan a presenciar, ese lugar que más que una fortaleza parece un santuario pero que definitivamente, es una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario