viernes, 25 de marzo de 2011

Nasca o Nazca (da igual)


La verdad es que Nasca no estaba contemplada en mis sitios de interés, pero estando en Huacachina conocí a Shana (estados unidos), Ciara (Grecia) y Courky (Australia) quienes la tenían incluída en su ruta, y sin pensarlo mucho decidí unirme a ellos para conocer las famosas Líneas de Nasca, que es el único atractivo que le encontré a esta ciudad.  

Las Líneas de Nasca se encuentran en 500 km2 y tienen más de 2000 años de antiguedad.  Son enormes figuras (más de 1.200 entre figuras geométricas, lineas rectas, animales y plantas) dibujadas en la arena y se les considera uno de los más grandes misterios arqueológicos del mundo, pues hasta la actualidad no se sabe exactamente el propósito de estas y debido a que sólo se pueden apreciar desde la altura han sido blanco de especulaciones que incluyen, entre otras, un origen extraterrestre.  Dos teorías más aceptadas dicen que corresponden a un calendario astronómico con fines agrícolas o que fueron hechas por los indígenas de la cultura Nasca con fines rituales (para que fueran observadas desde el cielo por sus dioses)... en mi opinión, ni idea, pues el tour no me dió ninguna claridad al respecto. 

El caso es que la única forma de observarlas por completo es volando sobre ellas, a menos que solo quieras observar dos figuras, el árbol y las manos, y lo hagas desde una torre destinada para ese fín (opción que recomiendo).  Nosotros tomamos la primera opción, que es carísima y no vale la pena a menos que exista un profundo interés en éstas líneas. 
En "gringo price" (costo inflado de cualquier artículo o servicio cuando es para un turista) el costo del vuelo era de 145 dólares, pero gracias a que hablo español y una que otra habilidad de negociación nos salió a cada uno en 100 dólares. 
Al siguiente día sin desayunar (aspecto en el que insistieron mucho los del tour) despegamos en un avión pequeñito con ventana para cada uno de los 12 pasajeros y la respectiva bolsa plástica para vomitar, pues el vuelo de 35 minutos es una tortura, más parece una demostración de acrobacias aéreas que cualquier otra cosa.  En definitiva, pude ver 11 figuras (árbol, manos, colibrí, mono, ballena, astronauta, perro...) y cientos de líneas impresionantemente grandes y simétricas.

Sin embargo, lo mejor de Nasca: el Hostal Walk On In, aquí llegué con Ciara, Shana y Courky, y nuevamente me encontré con los Holandeses.  Además, conocí a Erik (francés), Loren (inglesa) y Keith (inglés).  Salimos todos juntos a comer y luego, nos sentamos a conversar en la Plaza de Armas, pueden creerme cuando digo que parecía la Torre de Babel... entre todos hablábamos 7 idiomas, fue una tarde increíble.  
Cada vez más me doy cuenta que existen sitios sin igual y otros poco llamativos, pero definitivamente se hacen inolvidables por las personas que voy conociendo.

Teniendo en cuanta la ruta de cada uno, organizamos varios grupos, unos ibamos para Cusco, otros para Arequipa y los demás para Lima.  Desafortunadamente, éste día ocurrió el terremoto en Japón y la alarma de tsunami en la costa peruana hizo que algunos se quedaran "atascados" en Nasca por un día más.  Yo logré tomar mi transporte hacia Cusco, así que me despedí con tristeza pero sabiendo que con algunos me volveré a encontrar.... me esperan 15 horas de bus.

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