lunes, 28 de febrero de 2011

Punta Sal y Máncora


Con Jacqueline, Oscar y Pedro tomamos una combi (microbus) que varios kilometros después se detuvo en la mitad de la nada y frente a un arco el conductor dijo..."chicos esto es Punta Sal".  Mochila en la espalda empezamos a caminar hasta llegar a los primeros hoteles y descubrir que esta es una playa hermosa de arena casi blanca y pocas olas que esta rodeada de un paisaje semidesértico por lo que el sol es implacable.  Debido a que Punta Sal es un balneario (con poco para hacer aparte de descansar) los precios son bastante altos si se comparan con Ecuador, sin embargo, la comodidad del hotel, la piscina con bar en su interior, la deliciosa comida, la poca gente y el silencio hacen que valga la pena... Pasamos la noche y antes de acostumbrarme a tanto lujo nos fuimos para Máncora donde encontramos una playa con bares, discotecas, restaurantes, comercio y mucho, mucho turismo, por lo cual hay infinidad de ropa y artesanías que quisiera comprar pero que en otra ocasión será.


Aqui estuve intentando surfear nuevamente, pero la olas son mucho más fuertes que las de Montañita (donde un amigo ecuatoriano me había dado algunas clases), así que fue más el tiempo que estuve flotando sobre la tabla o debajo del agua que el que estuve de pie.  Sin embargo, fue muy divertido porque para surfear aqui toca alejarse bastante de la playa y se veían los peces saltando por fuera del agua o inclusive a veces cuando braceaba podía tocarlos que iban nadando cerca.


Había escuchado muchisimo acerca de la vida nocturna en Máncora, pero al estar ahí no pude comprobar nada de lo que me habían dicho, pues la policía se encargó de hacer apagar la música en la mayoría de los bares por las noches, así que tocó conformarse con sentarse a conversar en la playa con unas cervezas y cocteles bajo las estrellas...nada mal, no? 


Nuevamente, es hora de empacar y seguir el camino; me uno a la ruta de los peruanos y nos vamos rumbo a Chiclayo, no sin antes pasar por Piura para comprar Chifles (rodajas de plátano verde con sal que se fritan en leña de algarrobo, lo que le da un aroma y gusto especial. Se sirve acompañado de cancha o maíz tostado) y así satisfacer el antojo de todos.


Nota:  Si van a visitar Máncora les recomiendo el Hostal Kokopelli... búscalo en internet.

1 comentario:

  1. Ja! Juli en estos momentos, mas que antes, quisiera esatr allá! ..
    feliz viaje! .. feliz vida!! .. no sabes lo mucho que me alegra leerte.
    Te quiero.

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