lunes, 9 de mayo de 2011
Santiago de Chile
Me disculparán por mi ausencia, pero últimamente he tenido poco tiempo para escribir, parece ser que mientras más viajas, obtienes más contacto con el mundo inmediato y poco a poco te vas desconectándo de lo demás, pero bueno, ese no es el tema...Santiago de Chile, es una capital ejemplar: es grande, organizada, diversa y limpia. Sus habitantes son tranquilos, cultos y muy amables a pesar de la expresión seria de su rostro.
Aqui me hospedé en la casa de mi hermano Nicolás y fue como tener un poco de Colombia a miles de kilómetros de distancia. Lo mejor fue compartir con su esposa (Maribel) y Mariana (mi sobrina) que ya camina, además, después de tanto tiempo mi mamá, finalmente, se siente en paz porque sabe dónde estoy y con quien.
Me dediqué a recorrer ésta capital haciendo uso de su sistema de transporte público que en mi opinión es bastante fácil de entender y rápido, lástima que no sea 24 horas porque eso limitó mis salidas en la noche.
Pude observar algunos bailes tradicionales chilenos como la "Cueca" y otro de la isla de Pascua, ambos hermosos y muy diferentes a lo que había visto en los demás países.
La ciudad respira seguridad, por lo cual estuve caminando largas jornadas por sus calles. Fue así como llegué al "Mercado Central" y en uno de sus famosos restaurates me comí un postrecito (pues el presupuesto no alcanzaba para almorzar a precio chileno, jajaja). También estuve conociendo las artesanías del país, especialmente la joyería y la talla de madera en el "Mercado Domínicos"; imposible perderse la vista panorámica de la ciudad desde el "Cerro Santa Lucía" y el "Parque Metropolitano"; caminar por los grandes pasajes del centro, la "Plaza de Armas" y la "Calle Londres con Calle París" que inmediatamente te transporta a Europa.
El aspecto físico del chileno varía mucho, pues algunos son de procedencia Mapuche (pueblo indígena) tez oscura, cabello negro, ojos negros, rasgos fuertes... y otros son de procedencia europea: tez blanca, ojos claros, cabello rubio... (además de los cientos de mezclas entre ambos) eso si, el lenguaje no cambia y utilizan muchas palabras y expresiones desconocidas para mi hasta este momento, como: cuático (complejo), "al tiro" (ya mismo), mina (novia), ¿cómo tay? (cómo estas)... a las cuales me acostumbré con facilidad.
En positivo: el nivel educativo de las personas, la arquitectura y el desarrollo de la ciudad.
En negativo: el atropello al idioma español, la contaminación del aire y la autorización para que las personas fumen inclusive en sitios cerrados.
Me siento muy cómoda aqui y por un momento creo que quiero regresar a casa...pero me lleno de inconciencia y el viaje continúa!
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Hola Juliana:
ResponderEliminarLos chilenos típicos no tenemos nada que ver con los Mapuches. La mezcla en general es con el pueblo Picunche que significa hombres del norte desde la perspectiva de esa nación al sur del río Bío Bio (Concepción, en la mitad de Chile continental). Los Mapuches lucharon contra el invasor español y luego contra las tropas chilenas (1861-1893) las cuales lograron la anexión de esa enorme región conocida como La Frontera (Temuco) en el contexto de otra guerra de conquista en contra de Perú y Bolivia (1879-1883).
El pueblo es de mestizaje parejo en el sentido que proviene por línea paterna española/conquistadores y por materna amerindia/picunche/yanacona, y no al contrario.
Así las cosas, lo bravío(si fuera el caso) es herencia europea, ya que se hereda la mentalidad
del padre y el soma o aspecto físico de la madre.
No hablamos español, hablamos dialecto chileno derivado de ese idioma pero casi sin consonantes con muchas palabras de origen quechua que era la lengua del Imperio Inca que abarcó desde Colombia hasta la rivera norte del río Maule en la zona central chilena.
Es algo parecido a lo que hacen los paraguayos que hablan español y guaraní. Nosotros podemos hablar español o chileno, siendo unos bilingües literalmente poco comprendidos(!). Esta costumbre es como un santo y seña para diferenciarnos de nuestros vecinos que hablan con muchas eses y zetas propias del imperio español.
En cierto modo somos como los israelíes, ganamos las guerras, pero debemos dormir con un ojo abierto...just in case.
Saludos,
Paul.