sábado, 26 de febrero de 2011

Baños de Agua Santa


Más conocida como Baños es una ciudad pequeña y muy turística en las cercanías del volcán Tungurahua.  Excelente sitio para explorar la sierra ecuatoriana y practicar deportes extremos como canopy, puenting, treking, entre otros, nadar en aguas termanles o recorrer los bares y discotecas (recomendadisimo el bar-discoteca Leprechaun con fogata en el interior y música en vivo).
Ese día conocimos a 5 argentinas, un argentino, un colombiano y un ecuatoriano quienes nos invitaron a hacer pizzas al carbón en su camping.  Estuvimos consiguiendo leña, cantando, bailando (cumbia argentina), cocinando por 4 horas que parecieron mil, pero la pizza quedó deliciosa y pasé el antojo que tenía.  

Al siguiente día, con Lizbeth, alquilamos dos bicicletas (a 5 dolares cada una) e hicimos el recorrido de las cascadas donde conocimos la de Agoyán, el Manto de la Novia, San Pedro, San Jorge y el Pailón del Diablo lo cual nos tomó casi 6 horas.  En una de las cascadas tomamos una taravita y pasamos de un lado al otro de la montaña (medio km aproximadamente) donde hicimos un pequeño sendero ecológico.  Luego, continuamos nuestro camino y en el Rio Verde estuvimos remando y descansando en un bote inflable por media hora.  

Finalmente, fuimos a ver la cascada El Pailón del Diablo, enorme y espectacular, sus orillas son de lava volcánica y su caída de varios metros de altura y muchisima agua llega a algo similar a un cántaro gigante donde el agua se ve transparente y relativamente calmada; ahí pareciera tomar fuerza y caer con mucha más fuerza.  Para acercarse a esta cascada se debe pasar por los senderos que Antonio, un canadiense, ha construído y usar los balcones que permiten ver todo el espectáculo.  El cobra 1 dolar por caminar por su jardín encantado (al cual llama "la puerta de la verdad"), pero le caí bien y solo nos cobró la mitad...además, pudimos hablar con el un buen rato y contagiarnos de su buena energía.  El paseo en bici fue divertido, pero definitivamente caminar en los alrededores de esta cascada hizo que valiera la pena tanto pedalear.  Paramos un camión, subimos las bicicletas y regresamos a Baños para salir a los bares en la noche, tomar unas cervezas y enseñarle algunos pasos de salsa a unos franceses que conocí.

En la mañana despertamos para ir a los termales, pero fue imposible porque la cantidad de gente nadando era demasiada, así que regresamos al hostal, empacamos maleta y tomamos un bus con destino a Riobamba.

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